Según datos del INEGI, la inflación general en septiembre de 2025 se ubicó en 4.42% anual, por encima del rango objetivo del Banco de México (3% ± 1 punto porcentual). Las expectativas de inflación a 12 meses aumentaron de 3.72% en agosto a 3.81% en octubre, mientras que el consumo privado alcanzó los MXN 18.11 billones en el segundo trimestre, con un incremento trimestral de 1.2%
Inicia la temporada de compras masivas en México, marcada por El Buen Fin y con él llega en un momento de presión inflacionaria y reajuste del poder adquisitivo de los hogares. De acuerdo con Capital.com, la demanda interna es uno de los principales motores del crecimiento económico que muestra signos de aceleración puntual que podrían generar un sobrecalentamiento en los precios al consumidor.
Según datos del INEGI, la inflación general en septiembre de 2025 se ubicó en 4.42% anual, por encima del rango objetivo del Banco de México (3% ± 1 punto porcentual). Las expectativas de inflación a 12 meses aumentaron de 3.72% en agosto a 3.81% en octubre, mientras que el consumo privado alcanzó los MXN 18.11 billones en el segundo trimestre, con un incremento trimestral de 1.2%.
«Estamos frente a un fenómeno de concentración de demanda sin precedentes: las familias mexicanas están adelantando su gasto navideño y eso puede presionar tanto la inflación como la política monetaria. Si la euforia del consumo no se modera, el costo podría sentirse en el bolsillo durante diciembre», advirtió Ángel Rubilar, analista de Capital.com.
De acuerdo con la encuesta Pulso Buen Fin 2025, el 51% de los consumidores planea gastar lo mismo que el año pasado, un 24% más y solo un 25% menos. Este comportamiento, explica Rubilar, «genera un efecto de adelanto de demanda que distorsiona el equilibrio natural de precios». Además, el perfil de gasto se ha desplazado hacia compras online y anticipadas, reduciendo la elasticidad temporal del consumo y presionando precios incluso antes del inicio formal de la temporada.
El informe identifica tres factores inflacionarios directos: la demanda adelantada, que eleva costos logísticos y de transporte; la presión cambiaria, donde cada depreciación del peso en 1% puede incrementar la inflación mensual en 0.05 puntos porcentuales; y las expectativas empresariales, que impulsan a los minoristas a ajustar precios preventivamente.
En cuanto a política monetaria, el Banco de México mantiene una postura restrictiva ante la persistencia inflacionaria. Si las presiones por consumo se sostienen en noviembre y diciembre, podría retrasarse el ciclo de recortes de tasas previsto para el primer trimestre de 2026. Esto implicaría créditos más caros y menor margen para el consumo discrecional, aunque contribuiría a mantener ancladas las expectativas de mediano plazo.
A nivel global, el entorno tampoco ofrece alivio. Las tasas altas de la Reserva Federal fortalecen el dólar; la guerra comercial EE. UU.–China eleva la incertidumbre en manufacturas; y los altos precios del crudo (WTI en 85.4 USD por barril) sostienen la presión sobre costos de transporte y producción.
El informe de Capital.com estima que la inflación cierre el año entre 4.3% y 4.6%, con un crecimiento del consumo de 1% trimestral y un tipo de cambio promedio entre 18.2 y 18.6 pesos por dólar.
«El Buen Fin será una prueba de fuego para la economía mexicana. El desafío no está en comprar más, sino en comprar mejor», concluyó Rubilar.



