Brecha de capacitación entre trabajadores estanca la Industria 4.0, señala estudio de Worky

Los perfiles administrativos ya comienzan a integrarse en procesos de automatización e IA; la base operativa, que representa más del 70% de la fuerza laboral mexicana, sigue al margen de la transición digital. El 36% de las empresas asocia la automatización, principalmente con reducción de errores, y solo el 3% la vincula con satisfacción o desarrollo del empleado

El reciente estudio «México frente al imperativo de la transformación: El Camino hacia la Industria 4.0» expone una asimetría estructural en la adopción de la tecnología entre trabajadores operativos y de oficina. Revela que a pesar de ser la potencia industrial de América Latina, el 90% de las empresas en México aún no opera bajo los principios de la Industria 4.0, con una marcada brecha entre lo humano y lo tecnológico.

El estudio de Worky es un análisis pionero sobre el estado real de la digitalización industrial en el país. Mientras los perfiles administrativos e informativos ya comienzan a integrarse en procesos de automatización e inteligencia artificial, la base operativa, que representa más del 70% de la fuerza laboral mexicana, sigue al margen de la transición digital.

Aunque el 80% de las empresas considera que el pensamiento crítico será la habilidad más relevante para el futuro industrial, el 47% no evalúa estas competencias entre sus trabajadores operativos. Solo una de cada cuatro compañías cuenta con un plan formal de desarrollo de habilidades en ese segmento. En contraste, los trabajadores de información presentan una brecha mucho menor, con el 14% que carece de un plan formativo estructurado.

Esta diferencia refleja un desbalance en el acceso a la capacitación y, a la vez, un riesgo para la competitividad nacional, ya que la manufactura mexicana continúa dependiendo de una fuerza laboral manual en un entorno global que exige capacidades cognitivas y digitales.

La presión regulatoria está acelerando una digitalización que antes avanzaba lentamente.

El 65% de las empresas mexicanas anticipa un aumento de costos por las recientes reformas laborales, principalmente por la reducción de la jornada a 40 horas, el incremento de vacaciones y los ajustes en turnos y descansos.

Estas medidas tienen un impacto más fuerte en la base operativa, donde los costos laborales se amplifican por la falta de automatización en nómina, control de incidencias y gestión de tiempo. «La regulación está actuando como un catalizador incómodo, pero necesario», comentó Guillermo Chagoyan, Director Comercial de Worky. «Si bien eleva los costos en el corto plazo, está obligando a las empresas a profesionalizar la gestión del talento operativo, digitalizar procesos y elevar sus estándares de cumplimiento y transparencia».

Madurez digital 
El estudio revela que solo 1 en 10 empresas opera de acuerdo con los principios de la Industria 4.0. En cuanto a la madurez digital de la industria mexicana, se identifican 4 principales segmentos, donde el 40% ha iniciado la digitalización, pero RRHH sigue centrado en el control y el cumplimiento regulatorio; 25% de las empresas todavía tienen procesos manuales; el 25% avanza hacia la industria 4.0 y ya cuenta con digitalización funcional; y 10% utiliza IA y la digitalización de manera estratégica, predictiva y transformativa.  

El estudio confirma una correlación directa entre la madurez digital del área de Recursos Humanos y la estabilidad organizacional. Las empresas con niveles altos de digitalización en RRHH reportan rotaciones inferiores al 10%, mientras que aquellas con procesos manuales o fragmentados superan el 30%, especialmente entre trabajadores operativos.

La automatización aún se percibe como una herramienta funcional más que estratégica. El 36% de las empresas la asocia principalmente con reducción de errores, y solo el 3.% la vincula con satisfacción o desarrollo del empleado.

«El salto hacia la Industria 4.0 no depende de robots, sino de mentalidades», explicó Maya Dadoo, CEO de Worky. «México necesita reconfigurar la relación entre tecnología y talento operativo. Las máquinas no reemplazan a las personas, pero sí amplifican el valor de quienes saben trabajar con ellas».

Los directivos proyectan que la manufactura en los próximos 5 años, pasará de producir con fuerza laboral a producir con conocimiento. Para participar plenamente en esta transición, las empresas deberán enfocar la capacitación de su personal operativo hacia uno híbrido, cognitivo y colaborativo.

Dadoo afirma que la clave estará en cerrar la brecha entre el pensamiento de oficina y la operación de planta, integrando ambos mundos en un mismo ecosistema digital. Sin esta convergencia, advierte, la Industria 4.0 mexicana corre el riesgo de consolidarse a nivel de estrategias, dejando fuera las líneas de producción.

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